Errores comunes sobre los ángeles de Dios

María Lourdes /Infocatolica

Se oye con frecuencia que los niños fallecidos son ya angelitos en el Cielo, lo cual no es cierto. Ni siquiera podría decir eso la Bta. Juana de Aza (1140?-1202), madre de Sto. Domingo de Guzmán. Su hijo no era un ángel sino un hombre santo, ni es un ángel en el Cielo, donde les excede como hijo de Dios.

La Ssma. Virgen María, la criatura más perfecta, no sólo excede a los ángeles en su dignidad como Madre de Dios, sino que también merece ser llamada “Nuestra Señora de los Ángeles”, como le es dedicada la iglesia de la Porciúncula que restauró S. Francisco de Asís.
Este santo vio a una multitud de ángeles con el Señor y la Ssma. Virgen María cuando pidió al Señor una indulgencia plenaria para los que visitaran esa iglesia [indulgencia concedida por un día cada año por el Papa Honorario III el 2 de agosto de 1216 y extendida a todas las iglesias franciscanas hoy en día].

Los misioneros franciscanos llamaron a una zona que poblaron en el s. XVIII “El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles”. En 1781 se autorizó por escrito el nombre “La Reina de Los Ángeles”, conocido popularmente como “Los Ángeles” (EE.UU.), donde se producen muchas películas de Hollywood que poco honran a la titular de la ciudad.

Que los ángeles existan es dogma de fe. Aparecen en las Sagradas Escrituras y muchos santos como S. Francisco de Asís les han visto. Pero, persisten bastantes nociones falsas sobre los ángeles (como las que se ven en muchos programas de televisión o películas que representan a ángeles).
————————————————————-

Sto. Tomás aclara algunos errores sobre los ángeles en su “Suma teológica”:

1) Los ángeles no tienen los mismos poderes que Dios.

- “Sólo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo son eternos” (Ia., 61, 2). “Los ángeles y todo lo que no es Dios, ha sido hecho por Dios” (Ia. 61, 1). El ángel “no está en todas partes, ni en muchos lugares, sino solamente en uno” (Ia, 52, 2)

- “El ángel, al contrario de Dios, “sólo tiene un conocimiento general” (Ia, 55, 1). “En la mente de los ángeles están las semejanzas de las criaturas, pero no tomadas de ellas, sino de Dios, que es la causa de las criaturas y en quien primeramente existen las semejanzas de las cosas” (Ia, 55, 2)

- “Lo que es signo propio de la divinidad [como saber el futuro] no les corresponde a los ángeles” (Ia, 57, 3). Además, “conocer los pensamientos de los corazones es propio [sólo] de Dios” (Ia, 57, 4). “Aun cuando los ángeles bienaventurados contemplan la esencia divina, no por eso la comprenden, y, por lo tanto, no es necesario que sepan todo lo que hay en ella escondido.” (Ia, 57, 5).

2) Los ángeles no son como los hombres ni pueden convertirse en hombres

- Los ángeles son “criaturas incorpóreas” (Ia, 50, 1), que “no tienen cuerpo al que estén unidos por naturaleza (Ia, 51, 1), pero que “algunas veces, toman cuerpo” (Ia, 51, 2) y “un lugar corpóreo, no como contenido, sino como el que de algún modo lo contiene” (Ia, 52, 1). No son limitados por el espacio, sino que su presencia limita el espacio.

- Son “cuerpos sensibles aptos para representar las propiedades inteligibles del ángel” (Ia, 51, 2), pero “de ningún modo se puede decir que los ángeles sienten por medio de los órganos corporales que asumen” (Ia, 51, 3). “Conocen las cosas sensibles presentes, pero sin ningún proceso discursivo” (Ia. 58, 3).

- “Ellos no tienen pasiones de concupiscencia, ni de temor, ni de audacia, que sea necesario moderar con la fortaleza y la templanza. Pero sí se les atribuye templanza en cuanto que hacen su voluntad moderadamente siguiendo lo ordenado por la voluntad divina. También la fortaleza, en cuanto que cumplen con entereza la voluntad divina. Todo esto se hace por la voluntad; no por el apetito irascible o el concupiscible” (Ia, 59, 4)

3) Los ángeles bienaventurados no pueden pecar ni son promovidos de una jerarquía a otra


- “Los ángeles bienaventurados no pueden pecar. El porqué de esto radica en que su bienaventuranza consiste en que ven a Dios por esencia. La esencia de Dios es la esencia de la bondad.” (Ia, 62, 8)

- “El hecho de que entre los seres haya algunos que son superiores a otros, se debe a que aquéllos están más próximos y son más semejantes al ser primero, Dios” (Ia, 55, 3)

- “Así, pues, cada una de las criaturas racionales de tal manera es llevada por Dios a la bienaventuranza, que también es llevada por predestinación divina a un determinado grado de bienaventuranza. Por eso, conseguido aquel grado, no puede pasar a otro más elevado. […] ningún bienaventurado en modo alguno puede merecer, a no ser que sea terreno y eterno, como le sucedió a Cristo, el único que fue terreno y eterno a un tiempo.” (Ia, 62, 9)

————————————————————

En el Evangelio del XVIII Domingo de Tiempo Ordinario, el Señor nos recuerda que: “no fue Moisés quien os dio pan del cielo” (Jn 6, 32) sino Dios Padre. De la misma forma, hace falta recordar a los que montan cultos a los ángeles como si fueran espíritus divinos que estos maravillosos intercesores son criaturas de Dios, por cuyo amor podemos disfrutar de su compañía y protección.

Pidamos a nuestros Ángeles Custodios que intercedan por nosotros ante Nuestra Señora, la Reina de los Ángeles para que alcancemos la gloria eterna.