TRATADO DE LOS ANGELES

• Los ángeles y los demonios en la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino



Estudio de la SUMA TEOLOGICA DE SANTO TOMAS DE AQUINO 
por Jesús Marti Ballester 

 Después de haber estudiado el Tratado de Dios Uno y Trino, procede lógicamente contemplar las obras exteriores de Dios, la creación en general, sobre la que ya que hemos reflexionado. Sigue en importancia el tratado de los ángeles porque tienen el supremo grado de perfección entre todos las criaturas. Los ángeles son los más nobles efectos de la creación, pero no han sido creados como independientes de las demás cosas y sin relación alguna con las otras criaturas, sino que se ordenan a ser parte del universo y al gobierno y servicio de las cosas corpóreas, tanto de las inferiores, como del hombre, que participa de su naturaleza espiritual y de la de los cuerpos humanos físicos. La interdependencia de las criaturas entre en el plan de Dios. El sol y la luna, el cedro y la florecilla, el águila y el gorrión, las diversidades y desigualdades demuestran que ninguna criatura se basta por sí misma y que sólo existen dependientes unas de otras para complementarse y servirse mutuamente.

 ES EL TRATADO MAS HERMOSO
 Aunque algunos teólogos no han apreciado el hermoso tratado de los ángeles de Santo Tomás, porque han creído que la revelación divina nos dice poco de ellos, y es muy poco lo que la pura razón puede demostrarnos, el Doctor Angélico ha escrito un tratado egregio, en el que con su penetración genial, no sólo llega a la sublimidad angélica en el raciocinio, sino que establece y desarrolla todo su programa intelectualista realista, sentando las doctrinas y principios metafísicos y psicológicos que integran todo el sistema tomista.

 PREDILECCION DE SANTO TOMAS POR EL ESTUDIO DE LOS ANGELES
 Santo Tomás sintió siempre un atractivo especial por el estudio de los ángeles y se ocupa de ellos en muchas de sus obras. Cuando la enfermedad le impidió asistir al coro para cantar las alabanzas divinas, a imitación de los ángeles, escribió un opúsculo sobre los ángeles o substancias separadas, que dedicó a su compañero y secretario, Fr. Reginaldo de Priverno, en cuyo prólogo escribe la razón del tratado: "Puesto que no podemos participar en las solemnidades de los ángeles, queremos suplir con el estudio la falta a la salmodia de las alabanzas divinas. Anteriormente ya había escrito sobre los ángeles en los diversos comentarios sobre la Sagrada Escritura, y en la Summa contra Gentiles; en las Cuestiones Disputadas, en De veritate, en De potentia y en otros.

 FUENTES DOCTRINALES DEL TRATADO DE LOS ANGELES

 Todo lo que Santo Tomás escribe sobre los Angeles en la SUMMA TEOLOGICA no es original. Muchas de sus ideas se encuentran esparcidas en los Santos Padres y en los autores eclesiásticos, en San Agustín, el Seudo Dionisio, San Juan Damasceno, San Gregorio Magno, Orígenes, San Jerónimo, San Isidoro, San Ambrosio, San Bernardo, San Atanasio, San Gregorio Nacianceno, Gennadio, San Veda el Venerable, San Anselmo y en el Maestro de las Sentencias, Pedro Lombardo. La grandeza de santo Tomás consiste en que su enorme talento, agudeza y capacidad de síntesis, da a toda la doctrina cohesión, estabilidad, unidad y método, cosa que nadie antes de él había dado, ni nadie ha podido mejorar. Todo contribuye a que este tratado sea uno de los más hermosos y mejor sistematizados de la SUMA. La genial penetración del Angélico transforma y revaloriza el enorme material de toda la tradición científica, cimentado en las veintitrés citas de la Sagrada Escritura, que explicita.

 TAMBIEN LOS FILOSOFOS
Y cuenta además con las ideas de los filósofos, pues dándose cuenta de que elabora una exposición teológica racional, añade las citas de filósofos, especialmente la aristotélica, que es la característica de la doctrina tomista. De hecho a quien más cita es a Aristóteles. Detrás de él a Proclo, Boecio, Platón, Porfirio, Averroes, Avicebrón y Rabbi Moyses.

 EL FIN DE LA CREACION
Dios creó el mundo para su gloria e imprimió en él cierto vestigio de la Trinidad con los tres órdenes de criaturas, espirituales, corpóreas y mixtas. Pero entre todas sobresale la espiritual, que por su perfección se acerca más a la naturaleza divina y es la que mejor representa a Dios, que es espíritu puro y excluye de si toda composición, razón por la que los ángeles son el mejor medio para conocerle de un modo menos imperfecto. Además, el mismo Cristo, es no sólo cabeza de los hombres, sino también de los ángeles, y ellos son enviados al mundo, en expresión de San Pablo (Hebr 1,14), como administradores para servicio de los hombres, que han de heredar la salvación y, con la ayuda de Dios, hemos de participar con ellos de la misma gloria y visión beatificas.

 ARGUMENTOS DE CONVENIENCIA
 No puede la razón teológica demostrar las verdades reveladas, pero sí exponerlas con argumentos de conveniencia. Por eso escribe santo Tomás: "Para la perfección del universo se requiere cierta graduación en las criaturas que se vaya acercando a la perfección infinita de Dios, su Creador. Hay criaturas que se parecen a Dios solamente en el existir, como las piedras; otras, como las plantas y los animales, en el vivir; otras, en el entender imperfectamente, como el hombre. Parece pues natural, que existan otras criaturas puramente espirituales y perfectamente intelectivas, que se parezcan a Dios de la manera más perfecta en que se le pueden parecer las criaturas. Escribió San Agustín que los Angeles no lo son por ser espíritus, sino por ser enviados. Si preguntas por el nombre de su naturaleza, son espíritus; si preguntas por su oficio, son Angeles.

 EXPOSICIÓN TEOLÓGICA DE SANTO TOMÁS SOBRE LA EXISTENCIA DE LOS ÁNGELES (A. 1) Santo Tomás se pregunta si existe alguna criatura del todo espiritual y absolutamente incorpórea, es decir, una sustancia tan elevada sobre la naturaleza del cuerpo y la materia, que ni ella ni su operación sean corpóreas o ejercidas mediante algún órgano corpóreo. La solución que da cuadra perfectamente con el enunciado, es decir, trata de la existencia de los ángeles, reservando tratar plenamente de la perfecta espiritualidad de ellos para el articulo siguiente. Limitado así el problema a la sola existencia de seres puramente espirituales, la conclusión del Aquinatense es afirmativa, y su argumentación vigorosa, clara y sencilla. La base para la solución está en otros principios que anteriormente ha expuesto el santo Doctor y de los cuales es consecuencia lógica. Después de la bondad divina -dice en el cuerpo del articulo 4 de la cuestión 22 de la primera parte-, que es un fin independiente de las cosas, el principal bien que existe en las criaturas es la perfección del universo, que no existiría si en el mundo no se encontrasen todos los grados del ser. Por tanto, corresponde a la Providencia divina producir el ser en todos sus grados. Y siendo uno de los grados del ser el entender, que no puede ser acto del cuerpo ni de nada corpóreo, síguese que deberán existir seres intelectuales perfectamente espirituales e incorpóreos, a los que llamamos ángeles.

 LA PERFECCION ESTA EN LA SEMEJANZA CON DIOS
 La perfección de las cosas creadas consiste en asemejarse a Dios, que las causa, y la perfecta semejanza se dará formalmente cuando el efecto se asemeje a la causa, no sólo en razón de efecto, sino precisa y formalmente según aquella misma forma por la cual es producido el efecto. Dios causa las cosas por el entendimiento y la voluntad. Mas el entender y el querer trascienden la naturaleza corpórea. Consiguientemente, dándose entre las cosas creadas una naturaleza intelectiva incompleta y en estado imperfecto, y en su operación propia dependiente extrínsecamente del cuerpo, como forma substancial de él -tal es el alma humana- es lógico que se dé también entre las cosas existentes una naturaleza intelectiva creada más perfecta, que sea sustancia completa y espiritual.

 SANTO TOMÁS NOS DICE EN OTRO LUGAR:
 "Si conviene que antes de lo imperfecto en algún género exista lo perfecto, es conveniente que antes de las almas humanas, que entienden mediante los accidentes, existan algunas substancias intelectuales que entiendan las cosas que son en sí inteligibles, y que no reciban su conocimiento a través de los sentidos y, por consiguiente, totalmente separadas de los cuerpos" (II Cont Gent, cap 91). Esta es la única manera de que no haya solución de continuidad en la escala de los seres, en los cuales vemos una hermosa graduación desde la materia inorgánica hasta el hombre, que por su perfecta organización y por la perfección de sus operaciones, es el microcosmos en el que están reunidos todos los grados de perfecciones de los otros seres. En el universo se dan el simple ser, la vida vegetativa, la sensitiva y la intelectiva. ¿No habrá, pues, en el mundo un ser creado en el que se dé el ser intelectivo separado de todos los demás, como hay seres en los que sólo se dan algunos de los otros grados? Además, existe cuerpo sin espíritu y cuerpo unido al espíritu; es decir, se da un extremo y un medio. Lógico es que se dé también el otro extremo, o sea, espíritu separado de todo cuerpo. Con razón es necesario poner alguna criatura incorpórea para que el universo sea perfecto.

 DIFICULTAD DE HABLAR SOBRE LOS ÁNGELES.
 Dios es inmensamente superior a los ángeles; pero si queremos entender algo acerca de Dios, tenemos a mano tres libros para estudiarle: el mundo, en donde reflejó algunas de sus bellezas; las sagradas Escrituras, que inspiró; y nuestro mismo corazón donde vive por la gracia. En cambio, acerca de los ángeles la naturaleza no nos dice nada. Nuestra alma, a la que los Santos Padres han llamado décima jerarquía angélica, nos acerca a los ángeles. "Dios ha hecho al hombre poco menor que los ángeles" dice el Salmo 8,6. Si añadimos vida al mineral tenemos vida vegetal; si a ésta sentidos, vida animal; a ésta la inteligencia, tenemos al hombre. Pero, cuando llegamos al alma, no encontramos una nueva unidad de perfección que añadir para subir hasta el ángel, porque éste consta de las mismas potencias que aquélla. El ángel tiene, como nosotros, entendimiento y voluntad, pero muy superiores. Nuestro entendimiento es un mendigo de los sentidos. En cambio el ángel, de un solo golpe intuitivo ve la verdad Y todo lo que ha visto, queda grabado en su memoria de manera indeleble.

 CUALIDADES DE LOS ÁNGELES.
 La Sagrada Escritura, para explicarnos las cualidades del ángel, se vale de imágenes y los compara con "las estrellas", con "un ejército de caballos de fuego" (2 Reg. 6,7). Su poder es inmenso, no se puede comparar con ningún poder terreno, aunque sea tan fuerte como la desintegración de el átomo: Un solo ángel incendia Sodoma y Gomorra. Otro mata a todos los primogénitos de Egipto. Otro extermina a los ochenta mil hombres del ejército de Senaquerib. Los ángeles son los que manejan los pestes y al sonido de sus trompetas resucitarán los muertos convocados al juicio universal. Para imaginar su belleza, contemplar sublimándola, la del mundo. Toda la hermosura de las criaturas es suma fealdad a su lado. Las mujeres quedaron atónitas cuando vieron a los ángeles jun-to al sepulcro. San Juan, cuando vio a un ángel, le hubiera adorado, si no se lo hubiera impedido el mismo ángel, que se llamó a si mismo mero servidor de Jesús, como el mismo Juan (Ap19,10). La gracia y la gentileza, la bondad y la sabiduría de los ángeles son portentosas. Dios ha desplegado en la tierra su misericordia, en el infierno su justicia y en el cielo su hermosura. Y los ángeles son criaturas del cielo. Y Dios, dice Santo Tomás, los ha puesto a nuestro servicio. Y san Bernardo escribe, que es de fe que cada persona humana tiene su ángel de la guarda. Los ángeles son nuestros mejores amigos. Honremos su amistad y usémosla cultivándola familiarmente. Mi ángel de la guarda se comunica con el ángel de la guarda de mis amigos y . de los enemigos. Establezcamos nuestra complicidad para el crecimiento en la mansedumbre y en la bondad.

 LA REVELACION
 Según la Revelación no se puede dudar de la existencia de los ángeles: Un ángel guarda el paraíso después de la caída de Adán y Eva (Gn 3,24); un ángel detiene el brazo de Abrahán, (Ib 22,11); un ángel protege a los jóvenes en el horno de Babilonia (Dn 3,49); un ángel acompaña a Tobías (Tb 5,4); "levantándose el ángel de Dios, que iba delante del ejército de Israel, marchó detrás de ellos" (Ex.14,19). "He aquí, que yo enviaré a un ángel por delante de ti, para que te defienda en el camino y te haga llegar al lugar que te he preparado. Préstale atención y escucha su voz, no le resistas. Mi ángel marchará delante de ti.". "El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo en el cielo grandes voces" (Ap 11,15). "El ángel del Señor dijo: Vuélvete a tu Señora, y humíllate debajo de su mano" (Gen 16,9). Un ángel anuncia la Encarnación (Lc 1,26). Un ángel ordena a José, recibir a María. Los ángeles llaman a los pastores en Belén.

 CRISTO "CON TODOS SUS ÁNGELES"
 Cristo es el centro del mundo de los ángeles. Los ángeles le pertenecen: "Cuando el hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles..."dice Mateo en 25,31. Le pertenecen porque fueron creados por y para el: "porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades: todo fue creado por él y para él", dice San Pablo (Col 1, 16). Son mensajeros de su designio de salvación: "¿No son todos ellos espíritus servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1,14). "De la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo Encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles". Cuando Dios introduce "a su primogénito en el mundo, dice: 'adórenle todos los ángeles de dios' (Hb 1,6). El cántico de alabanza de los ángeles en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: 'Gloria a Dios.." (Lc 2,14). Los ángeles protegen la infancia de Jesús, le sirven en el desierto, lo reconfortan en la agonía, cuando él habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel. Son también los ángeles quienes "evangelizan" anunciando la buena nueva de la encarnación y de la resurrección de Cristo. Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles, éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor.

 JESÚS HABLA DE LOS ÁNGELES "
Pues os digo que sus ángeles contemplan en el cielo el rostro de mi Padre" (Mt. 18,10). "El Hijo del Hombre, enviará a sus ángeles a recoger la cosecha". Los ángeles son servidores y mensajeros de Dios son "agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra' (Sal 103, 20) y contemplan "constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mt 18,10),

VERDAD DE FE
La existencia de los Angeles es verdad de fe definida en el concilio IV de Letrán, y en el Vaticano I. El Concilio de Letrán lo expresa con estas terminantes palabras: "Desde el origen, por su omnipotencia, Dios ha producido una y otra naturaleza; la espiritual y la corporal, la angélica y la humana."

 LOS ÁNGELES EN LA VIDA DE LA IGLESIA
"Toda la vida de la Iglesia está cuajada de la ayuda misteriosa y poderosa de los ángeles".En la Liturgia, la Iglesia se une a los ángeles para adorar al Dios tres veces santo". "Desde la infancia a la muerte, la vida humana está rodeada de la custodia de los ángeles y de su intercesión. desde la infancia a la muerte la vida humana está rodeada de su custodía y de su intercesión."Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida" (San Basilio). Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres unidos en Dios" (CIC 333-336). Santa Teresa de Jesús ha visto ángeles en repetidas ocasiones. En nuestra época ha resurgido el interés por los ángeles aunque con una mezcla supersticiosa de ideas como las de la nueva era, que ha deformado la fe verdadera en nuestros custodios celestiales. Que los santos ángeles nos defiendan, nos ayuden, nos iluminen, nos conduzcan por el camino de la Vida.
 JESUS MARTI BALLESTER
jmarti@ciberia.es